domingo, 30 de septiembre de 2012
Enrique Krauze, Carta a un chavista
viernes, 21 de septiembre de 2012
Candil de la Calle
demasiados intereses, demasiada fuerte la inercua corrupta del PRI para esperar cambios
Candil de la calle
Denise Dresser
17 Sep. 12
Una imagen vale más que mil palabras, y la de Enrique Peña Nieto anunciando su iniciativa en favor de la transparencia lo dice todo. La fotografía del evento ilustra la contradicción, muestra la tensión, evidencia lo que el PRI sigue siendo aunque prometa lo contrario. Detrás del Presidente electo están sentados dos íconos de la impunidad, dos indicadores de la pre-modernidad: Emilio Gamboa y José Emilio González, mejor conocido como El Niño Verde. El nuevo coordinador de los senadores priistas y su principal aliado parlamentario, convocados al acto en el cual se anuncia que el PRI combatirá la corrupción. Ambos sonríen. Ambos aplauden. Ambos representan la antítesis de lo que el nuevo gobierno ofrece y a pesar de ello su longevidad política está asegurada. Ambos apoyan al candil de la calle mientras garantizan la oscuridad en casa.
Oscuridad priista forjada durante décadas de complicidad, sexenios de silencio, años de creer que la corrupción es parte de la labor de gobierno. La corrupción como tuerca, la corrupción como engrane, la corrupción como aceite que engrasa la maquinaria del poder. Y ahora Luis Videgaray anuncia que habrá una nueva forma de ejercerlo, usarlo, vigilarlo. Con el fomento de la transparencia en estados y municipios. Con la creación de una comisión nacional anticorrupción. Con la fundación de un organismo que regule el gasto público en publicidad vía los medios de comunicación. Todas ellas agendas loables; todas ellas medidas plausibles; todas ellas acciones que la sociedad reclama y que el PRI finalmente hace suyas. "El PRI no se le raja a México", nos dice Emilio Gamboa.
El mismo senador Emilio Gamboa, quien fue escuchado negociando la suspensión de una iniciativa en el Senado, porque así se lo pidió su amigo Kamel Nacif. El mismo Emilio Gamboa mencionado una docena de veces en el libro de Lydia Cacho, Los demonios del edén, sobre las redes de complicidad entre políticos y pederastas en Quintana Roo. El mismo Emilio Gamboa que jamás ha sido investigado o sancionado o cuestionado por su propio partido. Y por eso su proximidad con el Presidente electo despierta dudas sobre el compromiso modernizador del PRI. Un partido que quiere tapar el sol con una comisión; quiere ahuyentar el abuso con dos órganos nuevos; quiere demostrar que combate la corrupción creando dos instituciones nuevas para administrarla.
Ya hay normas, reglas, auditores, contralores, supervisores, ministerios públicos, fiscales, procuradores, y la corrupción sigue allí. Ni la autonomía constitucional, ni la hiperespecialización, ni la ciudadanización servirán para combatirla. Ni los presupuestos abultados, ni los nombres rimbombantes, ni la grandilocuencia retórica servirán para erradicarla. Como ha subrayado Mauricio Merino del CIDE, las iniciativas propuestas buscan combatir la corrupción cuando ésta ya fue cometida y no intentan abatirla desde su origen. Desde que alguien es contratado por sus influencias y no por su profesionalismo, desde que alguien hace un mal manejo del presupuesto público y nadie lo detecta, desde que alguien negocia un soborno a cambio de un permiso para construir un hotel en una reserva ecológica, desde que alguien ofrece eliminar una iniciativa legislativa y asegura -como lo hizo Emilio Gamboa- "no te preocupes, esa chingadera no pasa en el Senado".
Quienes proponen la comisión anticorrupción prometen que sí tendrá poder real. Que gozará de facultades de investigación real. Que romperá el monopolio del Ministerio Público al poder consignar ante jueces a corruptos. Que logrará sancionar también a particulares. Que podrá pedir al Legislativo el desafuero de funcionarios. ¿Pero cómo creer que funcionará si juzgará a los presuntos corruptos con las mismas reglas legales que hasta ahora han hecho posible la impunidad? ¿Cómo creer que atrapará a los peces gordos si el sistema judicial actual deja libres incluso a las ballenas? ¿Cómo creer que irá tras las conductas corruptas si no las ha sancionado jamás dentro del propio PRI o del Partido Verde? ¿Cómo creer que investigará los casos de Walmart y la Comisión Federal de Electricidad si no ha investigado a Emilio Gamboa o al Niño Verde o a Carlos Salinas de Gortari?
El combate a la corrupción sólo ocurrirá cuando sea parte de una política de Estado omnicomprensiva y preventiva. Sólo se dará cuando forme parte de una agenda nacional y no sólo sea producto de una concesión post-electoral. Sólo tendrá impacto cuando haya cambios en la contratación, la licitación, la vigilancia y la administración de los recursos públicos. Sólo surtirá efecto cuando acompañe la detección necesaria con la sanción indispensable. Y por ello, para ser verdaderamente creíble, la cruzada de Enrique Peña Nieto tendría que pasar por la limpieza de su propio partido y el distanciamiento de sus figuras más cuestionables. Tendría que decirnos qué piensa hacer con Emilio Gamboa y Arturo Montiel y Humberto Moreira y tantos priistas más. Tendría que resolver la contradicción entre ser candil de la calle y mantener la casa en penumbra.
lunes, 10 de septiembre de 2012
Perlas del discurso de AMLO en el zócalo
Como todos sabemos, el Tribunal Electoral decidió validar la elección presidencial, a pesar de las evidentes violaciones a la Constitución y a las Leyes
¿ evidentes ? ¿ los guajolotes o las camisetas ?
son pruebas ¿ de qué ?
Al mismo tiempo, mantengo la convicción de que, aún en condiciones difíciles, adversas, enfrentando a los poderes más siniestros...
¿ siniestros como Bejarano ? ¿ O Nomás como Bartlett, Monreal o Greg Sánchez ?
Ya hemos visto cómo Peña Nieto, con sus patrocinadores y cómplices, obtuvieron la mayoría de los votos en el medio rural y en las colonias más pobres y marginadas de las ciudades
Porque no propone entonces que el voto de los pobres valga menos y el de "los intelectuales" que cuenten doble ( o triple si son "progresistas" )
No se trata de juzgar a quienes por necesidad venden su voto. La perversidad es de aquellos que, valiéndose del hambre y de la miseria, compran la voluntad de los desposeídos.
Quienes votaron por Peña son vendidos. Son votos que el Nuevo Padre de la Patria, no tiene porqué respetar
En contraste, para que se vea la diferencia, ya estamos viendo que en el gobierno de Peña Nieto ocuparán los puestos más altos, los hombres y las mujeres del más bajo nivel moral.
Presentar a una bola de "notables" trasnochados como parte de un gabinete que se sabe nunca va operar es fácil. ¿ porqué no empezar por los colaboradores reales que ha seleccionado?
Pero, sobre todo, agradezco a los cerca de 16 millones de mexicanos, que expresaron con su voto su firme decisión de abolir el actual régimen de corrupción, injusticias y privilegios
Oiga; Y Usted ¿ Porqúe No respeta a los 35 millones que No votaron su personita ?
La mayoría de los mexicanos no lo respalda, aunque muchos no lo expresen abiertamente. Baste decir que a pesar de tratarse del supuesto regreso del PRI a Los Pinos, la gente no festejó; al contrario, hay duelo nacional.
O sea que los cuetes y mentadas de madre en las plazas sustituyen a los votos
A los hombres del régimen solo les queda el dinero y el aparato de manipulación y de fuerza. Pero el dinero no lo es todo..
¿ y los mil millones que te dieron, los regresas o qué ? ¿ La reunión de la charola de los 6 millones de dolares ? ¿ Porqué lo ha apoyado tanto el trío Aristegui-Vargas-Slim ?
En consecuencia, reitero, no voy a reconocer a Peña Nieto como presidente legítimo de México
no más reconozco los recursos que me tocan según los resultados de la mimsa elección
Y hay algo en especial que evitaremos con toda nuestra fuerza: la privatización del petróleo. Adelanto que nos opondremos a cualquier reforma al artículo 27 Constitucional, con la pretensión de entregar el petróleo a particulares, nacionales y extranjeros.
y sí la mayoría lo decide así ¿ lo vas a respetar ?
“Cuando muera, mis amigos quizá escribirán en mi tumba: ‘aquí yace un soñador’, y mis enemigos: ‘aquí yace un loco’. Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: ‘aquí yace un cobarde y un traidor a sus ideales’”.
no se de importancia. creo que má bien dirá " aqui yace un politico ordinario: ambicioso y transa, ( y cursi ? )
Antes de terminar, quiero preguntarles: ¿Vamos adelante? ¿Vamos a seguir luchando?
a mano alzada, ¡ eso es democracio chingao !
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