martes, 24 de abril de 2012

Los indecisos

De monstruos y política Marco Rascón Los indecisos en esta elección constituyen el factor decisivo, son una incógnita y al mismo tiempo están ante un gran dilema. Por la debilidad de contenidos de los candidatos, en ese universo están los que tienen la tentación de abstenerse, los que quieren votar nulo, los que darán su voto a un candidato independiente, los que piensan votar por el menos peor, los contrarios a la restauración del viejo régimen, los que piensan en la transición pese a los defectos de la actual, los que votan por género, los que consideran que hubo fraude en 2006 y por eso le toca, los que consideran que hay que continuar la guerra contra el crimen organizado, los que esperan un cambio de estrategia policiaca, los convencidos de que el que elijamos resolverá los problemas, los que afirman que su candidato sí cumple, los que no les queda de otra, los que tienen compromiso de grupo, los que votarán por el que perdona, los que se sienten ciudadanos responsables y van a decidir el último día, los que votaran por el que vaya a ganar, los que votaran para impedir que otro gane, los que quieren que siga el mismo partido, los que promueven el cambio, los que van por el voto testimonial, los que se asumen como voto duro, los que no votaran por el candidato sino por el partido, los que no votarán por el partido sino por un candidato, los que no quieren carro completo del PRI, los que votarán de manera diferenciada, los que consideran que la ignorancia no importa, los que consideran que el perdón y el amor es una estrategia para ganar, los que odian pero votaran por amor, los que justifican todo del candidato preferido y les parece odioso cualquier palabra del contrario, los que todos los días preguntan, los que decidirán por las encuestas, los que quieren a un benefactor, por el que tiene una bonita familia, los que tienen consigna del sindicato, los que van a decir que votan por uno y votarán por otro, los que votarán por una promesa concreta, los que decidirán el voto de acuerdo con el contenido de la despensa y recibirá de todos, los que esperaran los debates, los que decidirán por un compromiso de pareja, los que votaran por decisión familiar, los que votarán igual que su artista preferido, los que votarán porque así se los aconsejo el cura, los que harán voto de castigo por las leyes del aborto y los matrimonios gays, los que votarán el tema de la legalización de las drogas y el matrimonio entre personas del mismo género, los que consideran que el PRI y el PAN son lo mismo, los que contestan una cosa a las encuestadoras y votarán distinto, los que tienen ya una preferencia y se declaran indecisos porque el voto es secreto. Para todos ellos hay una búsqueda de utilidad a su voto, esperando que la situación electoral en esencia cambie. La cantidad de spots difícilmente van a convencer a los indecisos, que ven a los candidatos de esta manera: Andrés Manuel López Obrador está atrapado en la idea de que las condiciones de 2012 es la extensión de 2006 y más aún, repitiendo la estrategia de 2011 en el Estado de México. La confrontación no es un error, lo que es un desperdicio es no utilizar todos los recursos programáticos, que es el que más tiene. El regreso a la retórica personal descalificando al contrario lo aleja de los indecisos, pues ya se sabe que las televisoras apoyan a Peña Nieto; tampoco señalar la frivolidad de sus adversarios, pues él se suma a eso, no elevando el contenido de su discurso. Josefina Vázquez Mota, recurre a sus herramientas de conferencista motivacional, pero su contacto “espontáneo” la hunde en un campo demasiado minado. Lo que pudo ser un rompimiento con Calderón terminó en lo contrario, y en vez de verse diferente se ve atrapada y disminuida por el aparato del gobierno y del PAN. Su principal problema es su falta de sensibilidad, obsesionada en el acarreo, el abracito y los recursos clientelares que la llevaron al mal arranque en el estadio Azul, la caseta de Cuernavaca y Tres Marías, donde su impaciencia le quitó un día de vacaciones a los capitalinos tapando la autopista. Enrique Peña Nieto sabe que salirse de lo virtual al mundo real lo lleva a cometer errores, pues su formación no tiene que ver con el debate ni mucho menos con una cultura democrática de exposición de ideas, defensa de convicciones y argumentos. Es el campeón de las formas “impecables”, desde el peinado hasta el saludo y la camisa cuidadosamente arrugada y percudida. Guadalajara lo hizo más virtual y le señaló que su terreno son los videoclips, la promoción turística y el egocentrismo como definiera acertadamente Álvaro Cueva. Gabriel Quadri, con sus propuestas, está ofreciendo cambios en todo menos en la fuerza que lo respalda, por eso es increíble. ¿Por dónde se inclinarán los indecisos? www.marcorascon.org

sábado, 14 de abril de 2012

Insoportables


cuando invito a posibles votantes panistas o priista a anular su voto y les hago ver lo malo y chafa de los candidatos, es muy raro el que los defiende.

votan sin convicción
por el menos malo, o para que no gane el que piensan es el peor

al menos contribuyen a generar una masa crítica basada en el desprestigio de la clase política que algo contribuye a una posible renovación futura

Pero cuand hago lo mismo con amigos Morenos, se encabronan, defienden y lo toman personal.
Asumen que su candidato tiene una superioridad moral que no hace falta ni comprobar
Son como los que creen en el agua milagrosa del santo sepulcro o en el chupacabras.

es fé.
no es ciudadanía

cuando les dices que Bejarano, Padierna, que no informó sobre el costo de los segundos pisos, sus relaciones con los grande empresarios mafiosos casi se arman los panes.

son insoportables

solo ver la opinión sobre el voto nulo aparecido La Jornada, catecismo del pejismo

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Voto nulo y abstencionismo
Octavio Rodríguez Araujo

Entre ciertos sectores de la llamada sociedad civil, que etimológicamente es también política (cîvîlis, cîvîle = ciudadano, político, público, según mi diccionario latín-español), se reproduce la idea de anular el voto en las próximas elecciones federales. El argumento más generalizado es que tanto los partidos como los candidatos no son creíbles o, por lo menos, no son lo que algunos quisieran. Otra consideración semejante, pero distinta en su esencia, es que la mal llamada clase política ha expropiado a la sociedad sus derechos civiles (en el sentido de ciudadanos), para usarlos a su favor en la esfera del poder, de un poder con el que no cuentan los ciudadanos comunes. Otro razonamiento, que viene fundamentalmente del anarquismo, es que todo poder y toda jerarquía son, por definición, autoritarismo e imposición de unos sobre otros (dominación).

Daré por buenas, sin estar de acuerdo, las anteriores justificaciones para querer anular el voto el próximo primero de julio. Pero destacaré un problema que ahí está pero no quieren ver ni los anulistas ni los abstencionistas: que voten o no, alguien ganará la Presidencia, el Senado y la Cámara de Diputados, aunque sea por un voto sobre sus competidores. Y no sólo esto, sino que mientras no se cambien la Constitución y las leyes que determinan y sustentan nuestro sistema político, habrá un gobernante, además de legisladores. Y esto será así porque en nuestra democracia, tan imperfecta como se la quiera ver, con un voto se gana. Bien lo dijo López Portillo cuando era el único candidato presidencial: si voto por mí, gano. Y tenía razón, pues no había alternativa: ciertamente era el único registrado como tal.

Algunos de los defensores del voto nulo o de la abstención (que en el contexto son casi sinónimos) sostienen también que si todos echaran a perder sus votos o se quedaran en su casa el día de la elección, se demostraría que ni los partidos ni sus candidatos tienen legitimidad. Pero toca el caso que esto nunca ocurrirá, por alguna de las siguientes razones: no todo mundo está de acuerdo en abstenerse o en votar nulo, entre otras cosas porque son militantes de partidos, porque les gustan uno o varios candidatos, porque pese a no ser una obligación votar, como en otros países, lo consideran un deber cívico y porque no hay autoridad moral suficiente entre los anulistas y abstencionistas para convencer a todos los mexicanos mayores de edad. Metafóricamente se ha hablado del partido de la abstención, pero no existe como tal: no todos los que se abstienen lo hacen por rechazo; muchos lo hacen por apatía o porque el partido de futbol está muy interesante o porque ese día llovió y no quieren mojarse.

Estos defensores del voto nulo o de la abstención generalizados como supuesta lección para los políticos en realidad son víctimas del pensamiento ilusorio (en inglés wishful thinking), o de una suerte de voluntarismo, más que subjetivo, solipsista.

En la realidad concreta de cada país y de sus respectivas elecciones, los partidos existen porque no se ha encontrado mejor fórmula para proponer alternativas organizadas a lo existente (en el mejor de los casos), así como candidatos a gobernar y a representar (mal o bien) los deseos y necesidades de las sociedades complejas en que vivimos. Por lo mismo, los políticos y los gobernantes también existen; y tanto unos como otros son también ciudadanos, que hacen política como otros hacen comida, casas o música (aunque puede haber políticos que cocinen bien, o sean constructores o toquen el piano; no son actividades excluyentes).

Por lo tanto, les guste o no a muchos que ven feo a la política y a los políticos, éstos no dejarán de existir y la representación y el poder no serán eliminados por los buenos o malos deseos de sus detractores.

Lo mismo se puede decir de aquellos que se sienten tan puros en su ética y en su ideología que no encuentran, a la medida de su subjetividad, ningún partido ni candidato que les cuadre. No me siento representado en ninguno de ellos, suelen decir, para añadir de inmediato: mejor no voto, o si voy a las urnas anulo mi boleta. La gran paradoja de quienes así piensan es que con su voto nulo o su abstención le estarán tendiendo un puente de plata a quienes tienen la sartén por el mango o la fuerza suficiente para apoderarse de ella, es decir a quienes ya gobiernan o a quienes gozan de mayores apoyos de los poderes fácticos que controlan los medios de comunicación y concentran las mayores riquezas del país, de un país donde el voto se compra incluso con una despensa o con láminas de cartón enchapopotado. Estos puros e impolutos ciudadanos, henchidos de ética y a veces de moralina, no quieren aceptar que con su posición favorecen a quienes tienen ya el poder o la fuerza suficiente para disputarlo en una realidad donde con un voto se gana.

Asumen, asimismo, que votar por el que ellos consideran menos malo no es ético ni mucho menos revolucionario (en el caso de que dichos puros sean revolucionarios), pero no toman en cuenta que ese que llaman menos malo puede significar cambios que millones de personas, sobre todo los menos favorecidos de la sociedad, quieren aunque sea por el famoso peor es nada.

En mi lógica el a veces llamado menos malo es el bueno, incluso el mejor que podamos tener bajo ciertas circunstancias, reales y concretas. Que no es socialista, ¿importa? En el México de nuestros días muy poca gente aspira o lucha por el socialismo, y aun así no se ponen de acuerdo en su significado para un país como el nuestro. Es más lo que se sabe de lo que no se quiere que de lo que realmente se desea.

Una última reflexión: no les vaya a ocurrir a los anulistas y abstencionistas que por seguir sus sentimientos antipolíticos se desayunen con la novedad de que los gobierna quien, al final, resulte candidato del PRI o del PAN, es decir más de lo mismo, o peor.

http://rodriguezaraujo.unam.mx

izquierda conservadora no es izquierda



Pueden ser gente mayor y tener propuesta de cambio.
Pero No es el caso de la gerontocracia que propone López Obrador para su gabinete

Aceptemos que en general es gente honorable.
es una avance sin duda

Pero los problemas de ciudadan@s se resuelve con personas que tengan un diagnóstico correcto del asunto y sepan hacer equipo con quienes tienen soluciones técnicas que circulan por todos lados
falta quien las lleve a cabo.

AMLO se reúne con empresarios y dice que está en contra de las Reformas Estructurales.
Que es un conservador ya lo sabíamos, pero la pereza mental sorprende.
Hubiera podido exponer su versión propia de las reformas, sus propuesne para el tema laboral, energético, educativo, fiscal... pero prefirió oponerse de tajo y evitar cualquier discusion técnica.

Su defecto principal es que sigue metido en el paradigma que la política, la ideología y su ideología, el nacionalismo basta para hacer un programa de gobierno.
Fué un modelo que fué hecho justamente para generar poder político y no bienestar.

Por eso se lanza propoponiendo la construcción de 5 refinerías que constarán sobre 100 mil millones de dólares. La mitad del presupuesto total de una año.
El gasto social de 15 años

De qué sirve que se la haya dicho que Pemex Refinanción pierda dinero.
que el negocio ya no es la Refinación sino la extracción.
que puede comprar Refinerías en el extranjero por la quinta parte de su valor de construcción y de paso contaminar en otro lado.

¿ Gastar el presuesto social de 15 años para perder ?
¿ con 50 millones de pobres ?
Bien pinche progresista resultó el Señor

Eso sí, será gasolina y pérdidas 100% mexicanas.
Absurdo

Una izquierda que multiplica la probreza y los empleos improductivos
Es el pasado y el pasado no es avance

Más futuro y menos Bartlett señor Peje !